viernes, 16 de mayo de 2008

Exteriorismo, la belleza está ahí fuera

Durante el transcurso del año, nos preocupamos de que todas las estancias que conforman nuestro hogar respondan a un determinado estilo. Tratamos de buscar los muebles que mejor encajen con nuestros gustos, además de prestar una especial atención a los textiles y los accesorios que ayudarán a crear un conjunto bello y equilibrado. Al llegar la estación veraniega, las puertas se abren y nuestro jardín recoge el testigo del buen gusto que has estado aplicando en el interior.

Según los responsables de la empresa Arborètum, especialistas en paisajismo, el exteriorismo es “diseñar un espacio exterior, dar vida a pequeños y grandes jardines, terrazas y balcones mediante un proyecto personalizado”. Estaríamos ante la otra cara de la moneda del interiorismo, pero también frente a una representación complementaria del mismo que hace que ambas zonas de la vivienda estén unificadas bajo las mismas pautas decorativas. Es por ello que el principal objetivo de este concepto es “conseguir que sobre el jardín gire la atención principal de un interior y viceversa, de forma que ambos se integren sin fracturas”, añadiendo que “los conceptos dentro y fuera no son excluyentes, sino que consideramos que deben convivir en total armonía”.

Valoración previa necesaria
La planificación de las áreas libres de paramentos verticales y de cubierta, obedece a los mismos niveles de exigencia que los espacios que viven al amparo de los tabiques. Para llevar a cabo esta tarea es necesario partir del análisis del entorno y de tus propias necesidades. Es posible que dispongas de una vasta extensión de terreno y que no sepas por dónde empezar, pero se puede dar el caso de que tan sólo tengas un pequeño balcón y desconozcas cómo sacarle partido.

Antes de poner manos a la obra, los profesionales dedicados a convertir tu vergel en un auténtico paraíso para el ocio y el descanso “diseñan un espacio en el que se valoran todos los detalles: las maderas, las plantas, el mobiliario y cualquier otro elemento de decoración”. Debes tener muy claras tus expectativas o, al menos, tener una idea definida de lo que quieres conseguir. Es fácil fijar una serie de objetivos si, previamente, valoras el punto desde el que vas a partir: “para lograr una total armonía estética y diseñar paisajes residenciales, hay que prestar especial atención a las proporciones y estudiar detalladamente cada uno de los elementos que conforman el espacio”, confiesan desde Arborètum.

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