Los mangos de ducha son herramientas esenciales que el agua utiliza para mejorar nuestra salud. Tanto nuestra piel como ciertos dolores musculares pueden curarse gracias a los efectos regeneradores del agua. Además, las intensas obligaciones laborales y familiares nos someten a tensiones que el poder tonificante del agua puede aliviar de forma placentera.
Posibilidades de los chorros
El bienestar que nos infunde el agua se lo debemos a los sistemas de chorros que incorporan los rociadores de las duchas. Desde la lluvia fina que cae con suavidad hasta el chorro 'turbo' que distribuye un fuerte torrente, las posibilidades en cuanto a la caída del líquido elemento son amplias, pero todas convierten nuestro aseo corporal en una experiencia mucho más agradable.
Los eyectores de los rociadores se disponen en diferentes ángulos, pero existen sistemas provistos que permiten la mezcla del agua con el aire, consiguiendo efectos más relajantes. Por otro lado, el aire puede salir a intervalos continuos para mover el agua, ejerciendo ésta en nuestro cuerpo diferentes tipos de presión. En función de la sensación que queramos conseguir, elegiremos una posición u otra.
